Los hechos comenzaron cuando la oficial se detuvo a cargar gas a su auto en una estación de servicio junto a sus tres hijos. Allí, su rodado explotó e, inmediatamente, el lugar se llenó de rastros del estupefaciente. Las pericias arrojaron que en el tubo de gas transportaba alrededor de 20 kilos de la sustancia. (Ver video)

Tras el hecho, efectivos de la Gendarmería Nacional (GNA) detuvieron a la sospechosa e incautaron la droga. Además, secuestraron cinco teléfonos celulares de ella y sus hijos. Por otro lado, uno de sus hijos debió ser asistido en un hospital por una lesión leve que sufrió en un ojo por la explosión.

Según la crónica de El1Digital, la acusada realizó su primer testimonio sin validez legal ante la policía en el nosocomio donde trasladaron a su hijo. En ese contexto, expresó que desconocía que el rodado transportaba esa sustancia y que hacía unos instantes lo había retirado de un taller mecánico.

Sin embargo, se llevó a cabo una audiencia ante el juez federal de Garantías de Orán, Gustavo Montoya, donde la acusada se abstuvo de declarar. Su defensa solicitó que se le otorgue arresto domiciliario con el objetivo de cuidar a sus hijos, dos de los cuales padecen una discapacidad.

Por el momento, la Justicia imputó a la oficial por el delito de "Transporte de estupefaciente agravado por ser cometido por personal policial". Además, se encuentra con prisión preventiva por 60 días, mientras la investigación continúa en curso.

Por último, integrantes de la Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense confirmaron a Télam que la sargento fue apartada de sus funciones. Ella cumplía funciones no operativas en la fuerza debido a un problema de salud.